Tattoo, el nuevo personal brand.

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Nosotros creemos que todos los caminos nos conducen a Roma. Los tattoos se han vuelto parte de nuestra manera de lograr un Personal Brand. La sofisticación y mutaciones de las conductas en las culturas sociales son solo maneras de incorporar diferencias en expresar lo que somos y así, conectarnos con los individuos adecuados que nos ayuden y faciliten aumentar nuestras probabilidades de sobrevivir como especie en sociedad.

Con los tattoos no hacemos más que una presentación de nuestra personalidad y Personal Brand a primera vista que parte desde nuestro interior…

Es como si me retumbara en la cabeza la canción de Wiz Khalifa – See You Again ft. Charlie Puth.  Sí, la de más de 5 billones de views en Youtube. La tenés? 

 Los tattoos es la manera de develar la morfología de lo que llevamos dentro para marcarlo de manera “indefinida” sobre nuestra piel. 

¿Qué queremos hacer con esto? Simple, explicar el por qué esta moda pegó y ha dejado de ser algo negativo o para grupos excluidos de la sociedad y cómo se relaciona con el Marketing.

Con los símbolos, frases, dibujos que ponemos sobre nuestra piel de manera subjetiva e imborrable, plasmamos un avance para que los desconocidos puedan entender lo que podrían encontrar en nuestra personalidad, nos marketeamos, nos vendemos.

Podemos verlo como una manera de hacer marketing de nosotros mismos y porque funciona nos lo vuelve a explicar Gad Saad a través de la psicología evolutiva.

Dime qué personal brand querés mostrar y te diré que tattoo usar.

Hace muchos años, los tattoos estaban reservados para las personas pertenecientes a la mafia. Se han usado para identificar personas en campos de concentración, las tribus premiaban a los valientes que pasaban las más peligrosas pruebas y eran dignos de lucirlos y si nos ponemos a pensar un poco más, desde hace muy poco tiempo están en  la sociedad.

¿Nos preguntamos qué onda con los tattoos y que es lo que esto nos ha traído?

¿Será que siguen representando la rebeldía? ¿Acaso el sentido de pertenencia? ¿Nos decoran? ¿Nos ayudan a sacar el interior de nuestros valores y plasmarlos a la vista, para tenerlos a flor de piel, estilo calcomanías en autos o en laptops?

Pues parece que si, todo eso y más.

Buscando un poco cómo funciona esto, encontramos respuestas en la psicología evolutiva de la mano de Gad Saad. Un psicólogo evolutivo canadiense, que ha planteado la perspectiva darwiniana sobre los tatuajes y su significado.

Alguna de las ideas principales de Saad es que los tatuajes pueden ser una señal de compromiso a largo plazo, ya que son permanentes en la piel.

Opina también que pueden ser una señal de riesgo y aventura, como un medio para señalarnos como parte de una tribu, y que incluso nos identifica como individuos capaces de resistir dolor por la causa de pertenecer.

Los individuos que se comprometen a largo plazo suelen ser más atractivos para los demás, ya que indican una mayor probabilidad de proporcionar recursos y cuidado a la pareja y la descendencia. Desde una perspectiva evolutiva, los individuos que se arriesgan y buscan aventuras pueden tener un mayor éxito reproductivo, porque están dispuestos a moverse para lograr sus objetivos.

Quienes comparten una identidad grupal pueden colaborar y cooperar más eficazmente, lo que puede aumentar su probabilidad de supervivencia. E incluso demostrar que poseemos el status suficiente para poder acceder al costo de los tatuajes, y estamos dispuestos a invertir no solo dinero, sino también tiempo para embellecer nuestra piel con dibujos que nos representen.

Saad señala que los tatuajes pueden ser una señal de estatus y dominio. Desde una perspectiva evolutiva, el status y el dominio pueden ser importantes porque pueden aumentar la probabilidad de acceso a recursos y parejas de mayor calidad. Los individuos que tienen un mayor estatus y dominio pueden ser percibidos como más atractivos para los demás y, por lo tanto, tener un mayor éxito reproductivo. Los tatuajes pueden ser una señal de estatus y dominio porque pueden indicar la capacidad de un individuo para resistir el dolor y la capacidad de invertir en su apariencia personal.

Tatuame el personal brand acá 

Tener un tattoo, no siempre significa tener algo “lindo”, no pasa por ahí. Pasa porque nos haga sentir algo. ¿Te suena? Como nuestro trabajo diario de mostrarnos y mostrarles a otros un trabajo de marca que nos haga ser recordados. Como personas y marcas.

Podemos no estar de acuerdo con lo que se refiere a estética y gustos personales, pero creo que todos estamos alineados a saber, cada vez con mayor intensidad, lo importante en pensar estrategias que hagan sentir y emocionar al segmento que apuntamos y queremos venderle.

Cada día más nuestro trabajo es dar un paso atrás y considerar lo que siente la persona a la que queremos llegar, qué es lo que está pensando, lo que le atrae y, muchas veces, lo que le desagrada, para poder generar la emoción interna lo suficientemente fuerte que la haga moverse desde donde está e ir a comprar lo que estamos vendiendo.

Todo el mundo de la decoración corporal por medio de tatuajes ha pasado a ser lo que la sociedad adoptó para poder mostrarles a otros lo que somos, como somos. En la búsqueda extenuante de ser “diferentes” o “más atractivos” o “llamar más la atención” como lo hace el peacock (pavo real) con su exorbitante plumage.

Sino observa a cualquier multimillonario jugador de fútbol o de box, si los tattoos y los looks son un elemento trascendental en la búsqueda de diferenciación de la manada.

Por consiguiente, el fanatismo futbolístico, nos lleva a pensar que al buscar parecernos a nuestros ídolos, copiamos y replicamos modismos, valores, actitudes y tattoos, para buscar nuestra propia “diferenciación” e “identificación” como diría Jean Baudrillard, filósofo francés contemporáneo, “la consommation ne se limite pas seulement à l’acquisition de biens matériels, mais qu’elle implique également une quête incessante de différenciation et de distinction sociale à travers les objets que nous possédons”.  Traduciendo, Lo que plantea Baudrillard, es que como animales sociales que somos,  buscamos adquirir de manera incesante “bienes materiales”, incluyendo tattoos, con la superficial intención de obtener, distinción, diferenciación y reconocimiento. Baudrillard sustenta a través de su libro “La société de la consommation” que el consumo ilimitado de bienes y servicios, propone alcanzar una diferenciación artificial, no real ni sostenible, ya que el consumo masivo de l

Franco Falconi

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